jueves, 9 de abril de 2015

NO SIEMPRE EL SEXO ES PLACER: porque entrenar el suelo pélvico

Aunque hoy en día da la impresión de que el sexo es siempre placentero, lamentablemente no es así: existen muchos tipos de disfunciones por las cuales puede haber dolor o falta de placer en las relaciones sexuales.

Es más,  suele creerse que este tipo de problemas  son debidos a trastornos psicológicos, pero no siempre es así, sino que muchas veces hay componentes físicos y factores de otras enfermedades. Por ejemplo, hay enfermedades como la diabetes, tiroides, endometriosis,…que pueden a largo plazo crear problemas sexuales. Además, el uso de antibióticos, antidepresivos,…también pueden favorecer este tipo de problemas.

Las que se detallan a continuación son aquellas debidas a problemas físicos como son los derivados por problemas de los músculos del suelo pélvicos: la anorgasmia, vaginismo o dispareunia son más frecuentes de lo que pensamos en las mujeres, lo que ocurre es que son problemas que suelen estar “escondidos” por ser tema tabú.

La buena noticia es que pueden ser tratadas, por lo que es importante ponerse en contacto con un médico para que te remita a un especialista si es tu caso. Antes de empezar a detallarlas, debo de explicarte que el cuerpo y la mente van tan unidos que muchas veces no es fácil tratar solo una parte, sino que conviene tratar ambas: por eso siempre es importante tratar los problemas con un equipo multidisciplinar, que incluya las disfunciones físicas (con un fisioterapeuta especializado en fisiosexología) pero también abordar el problema psicológico.

-Anorgasmia: disminución o ausencia de sensibilidad en las relaciones (en coito). Si la causa no es psicológica, puede haberse producido esta falta de sensibilidad por problemas en el parto (obstétricos), menopausia, fibromialgia, amputación del clítoris o histerectomía.

El trabajo que se puede hacer para mejorar la sensibilidad es lo que se llama propiocepción: mejorar la percepción a través de estímulos. Para ello, se pueden usar masajeadores, ejercicios para fortalecer el suelo pélvico (por medio de biofeedback,  ejercicios de kegel http://saludpelvica.com/kegel-guia-basica/, fortalecer la pelvis en general (abdomen,…).

-Vaginismo: se trata de un espasmo involuntario en los músculos del suelo pélvico que provocan que sea doloroso o impracticable del coito en la vagina. Estos espasmos no son otra cosa que contracciones musculares involuntarias e inadecuadas. Pueden tener un origen psicológico, pero también puede existir algún problema pélvico: sacro,..

El tratamiento sería similar a un espasmo en otra zona del cuerpo (imagina que es similar tener una torticolis): se realizan ejercicios de relajación muscular. Estos ejercicios perineales suelen incluir el uso de dilatadores progresivos (aumento de tamaño a medida de que se gana elasticidad en la zona), el uso de biofeedback (la paciente aprende a relajar la musculatura por el uso de aparatos que le indican cuando está más tensa y cuando más relajada). De esta manera se consiguen corregir contracciones inadecuadas.

-Dispareunia: dolor persistente asociado con la penetración vaginal o dolor tras la penetración. Puede tener varias causas: por falta de lubricación, la vagina no se dilate lo suficiente, que exista un prolapso (http://saludpelvica.com/prolapso/)… El tratamiento puede ser combinado de fármacos con la fisioterapia.
Para volver a tener la musculatura elástica, se usan masajeadores, se realiza el masaje perineal…

-Hipersensibilidad: en casos de cicatrices por desgarros o episiotomías tras el parto también es posible que haya una sensibilidad alterada. Puede existir dolor al tacto.

Como ves, el trabajo de la musculatura del suelo pélvico puede ayudarte a luchar contra determinados problemas, hoy en día dispones de muchas ayudas para poder hacer cuidados en casa 



Consulta siempre con un profesional sobre las opciones que más te convienen.

Victoria Zamora
Fisioterapeuta y creadora de www.saludpelvica.com

jueves, 12 de marzo de 2015

Lo mejor y lo peor de "50 sombras de Grey" (¡en 5 minutos y sin spoilers!)

La red está plagada de artículos de todo tipo (algunos de excelente calidad) sobre el fenómeno que ha desatado este best seller que acaba de dar el salto a la gran pantalla, y sabemos que sabes cómo encontrarlos… así que nosotras vamos directas al grano: te traemos lo mejor y lo peor de 50 sombras de Grey, en menos de cinco minutos y sin estropearte la diversión si aun no lo has visto/leído ;)

Lo mejor

Lo mejor de esta explosión de popularidad es, sin duda, levantar el tabú que aun a veces rodea a las fantasías sexuales, y especialmente a la literatura y el cine eróticos. Aunque aun a día de hoy hay a quien le da vergüenza el tema, cabe recordar que las fantasías sexuales son algo muy sano que beneficia a nuestra sexualidad. Alimentan el erotismo, ayudan a encender el deseo y estimulan el órgano sexual más importante que tenemos: el cerebro.

Y aunque mucho se puede discutir acerca de la representación del BDSM que se hace en la trilogía, hay que reconocer que visibilizar el “sexo no convencional” también tiene su mérito.

Lo peor

En cuanto a lo peor, viene todo de la mano de olvidar que estamos ante una obra de ficción. Los roles de los personajes, los diferentes mitos y tópicos que aparecen en la saga (“el amor todo lo puede”, “la liberación sexual de la mujer viene de la mano de un hombre que le muestra cómo disfrutar”, “jovencita iniciada sexualmente por un macho alfa frío”, “el apego y el amor van ligados a los celos”, etc.) son únicamente los ingredientes y el attrezzo para montar un mundo de fantasía erótica ajustado a ciertos cánones, pero lo que no son es un modelo relacional sano. Y esto es vital tenerlo claro.

Por otro lado, y volviendo a hacer hincapié en que estamos ante una fantasía sexual (vamos a ser un poco pesados con esto), cabe recordar que aunque éstas son saludables y tienen muchos beneficios  hay dos puntos clave a tener en cuenta a la hora de intentar trasladar éstas a la realidad.

El primero es que no todo aquello que nos excita en la fantasía nos excita en la realidad (de hecho a menudo fantaseamos con cosas que en realidad no nos gustarían nada), y el segundo que llevarlas a cabo puede salir bien… o no. Enfrentar fantasía y realidad conlleva, sin querer, depositar toda una serie de expectativas que pueden no cumplirse: igualar una fantasía creada a medida y donde todo es perfecto puede ser muy difícil.

Además realizar una fantasía puede ser un cartucho de un solo uso: si bien una fantasía realizada que vaya bien puede ser muy excitante y proporcionarnos un recuerdo genial, también es cierto que una vez rota la magia de la fantasía ésta puede perder toda su intensidad erótica (especialmente si no sale bien o si teníamos muchas expectativas). Esto no significa que no tengamos que poner a prueba ninguna de nuestras fantasías (¡qué aburrido sería todo!), pero sí que conviene sopesar cuáles serán las elegidas.



Y ahora, si te apetece, anímate y cuéntanos tú también qué es lo que te ha parecido lo mejor y lo peor de esta trilogía.

Eugenia Cames
Sexóloga y formadora en Sex Academy Barcelona